28 de octubre de 2012

Agüita de canela...


"Yo no comprendo, como en tus ojos niña sólo hay desierto"
Buika

Mi Mamá tiene un libro viejisimo de medicina (fruto de sus deseos juveniles de ser enfermera); ella siempre ha sido de las que se sabe las medicinas correctas para todo:  es sólo cuestión de que el enfermo hable sobre su mal para que ella dispare la receta... pero nunca uno está seguro de que ella se encuentra preocupada hasta que agarra su viejo libro, se pone los lentes (de dos años para acá) y ojea su preciado tesoro, busca en el índice los principales síntomas y le empieza a dar la cátedra al primer mal parado que encuentre (que por lo general es mi papá, quien anda por ahí o viendo tv o cazando algo para comer en la nevera). Casualmente hoy es él, está viendo las noticias, la escucho en la cocina junto al televisor (si, el televisor está en la cocina) y el día de hoy la paciente soy yo, estoy tirada en mi cama con la esperanza que no me ataque otra vez la necesidad hacer “deposiciones” como dijo la doctora ayer. En serio, ya se me está volviendo un miedo. Mi mamá hace un comentario que no puedo identificar, aún no me dice nada sobre lo que el libro dice, ella siempre espera tener un adecuado diagnóstico y una respectiva cura. Sé que está preocupada, ¿quién no lo estaría? llevo así casi una semana así, parece que me mejoro pero luego recaigo y esa caída sí que duele. Duele en la panza y un poco en las piernas, pero sobretodo duele porque me quita el bienestar que había recuperado. Mi mamá le lee algo a mi papá suena como a un remedio, lo sé por la entonación con que lo hace. Tengo miedo, nunca me había pasado algo así. Pero sé, que antes que cualquier otra cosa pase ella encontrará, una vez más, una manera de que su viejo libro le salve el rato a alguien.

P.S. En los días cuando me siento muy enferma sólo me dan ganas de escuchar música en español y sobre todo de mujeres. Lo encuentro reconfortante y fácil de digerir. *Recomendación de hoy: No habrá nadie en el mundo - Buika