Hace tiempo que decidí jugármela en otras latitudes; ¿las razones? para qué ahondar en detalles, suenan a quejas y reclamos, suenan a hijo malcriado. El punto es que lo decidí, me llegó la hora y lo ejecuté. Ya está en marcha el plan y ya tengo fecha de vencimiento.
Me voy sin decir adiós, la palabra "adiós" no me gusta, suena a novela y a religión (a - Dios)
- "Me voy, adiós" realmente quiere decir: "Me largo, que Dios se apiade de tu alma"
Más bien digo hasta pronto. Más bien "Que la pases lindo". "Que tus días estén llenos de luz".
Me voy porque esa fue la opción que me dejaste, mi tierra con Alzheimer, mi tierra dolida, "Mi tierra" que es más tierra que mía, más de otros que mía.
Pero fuiste la que le dio ondas a mis cabellos y la que tiñó mi piel del color del chocolate, ese que calentito
me tomé tantas veces en las laderas de mi ciudad natal. Ese que combina tan bien con el queso recién hecho, con el queso colombiano. Porque aquí no tenemos queso amarillo o azul o verde. Sólo el quesito campesino, el costeño y el mozarella (que se ha popularizado gracias al TLC).
Te tengo profundo amor, por eso me dueles. Por eso me voy. Pero no sin antes decir que te sentí en cada
momento, que te olí hasta saciarme, que me quedé enmudecida con tu belleza. Que agradezco el negro profundo de los ojos que me regalaste. Y no podía irme sin antes decirte "Que tus días estén llenos de luz", porque ya sabes que no me gusta decir adiós.
Antes de partir, te pido un gran favor: cuídame a mis papás, no los trates tan fuerte. Acoje en tu seno a mis -
casi por llegar - sobrinos.
24 años aquí y no pude tomar una foto que se asemejara en lo mínimo a tu belleza. |
"Que tu Alaska no quede tan lejos ni sea tu último destino". Esa sería una agradable despedida...
ResponderEliminar