"La Brisa" |
Lo que nos falta a la hora de hacer las cosas es sentimiento* y presencia.
Sentimiento, para conectarnos con el momento, lugar, objeto, persona... que tenemos en frente y presencia para tener conciencia real de lo que está sucediendo.
Lo que se hace con sentimiento y presencia se distingue, se percibe; aunque no todos somos capaces de discernir ciertas sutilezas relativas a los "actos de presencia" de los demás: hay personas que sienten las vibraciones de "La Gioconda" de Da Vinci mientras que no perciben nada en "Billy Jean" de Michael; algunas logran conectarse con el menor soplo de brisa; otras tantas ni siquiera las sienten en un abrazo de un ser querido, en fin todo depende de la posibilidad de conexión que tengamos.
Aprender a distinguir las sutilezas de lo que nos rodea es un arte y, como tal, es un deleite disfrutarlo: percibir detalles, tonalinades, matices y aún así no perder de vista lo glorioso de la unidad a pesar de las diferencias. Para aprender a manejarlo debemos poner atención a todo lo que hagamos; disminuir paulatinamente hasta 0 la frecuencia con la que hacemos cosas en piloto automático y sobre todo dejar de hacer comparaciones y juicios de valor todo el tiempo, cuando no es necesario. Esto se vuelve un reto cuando entendemos que cada momento es digno de ser vivido.
*Por favor, la palabra Sentimiento hace referencia a una actitud fruto de la percepción sensorial. No a algún sentimiento en especifico, como el amor por ejemplo.
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