30 de noviembre de 2010

De cuando te fuiste otra vez

Por fin tengo tiempo para escribir esto para ti se me había ocurrido el domingo cuando me despedía, quería que lo leyeras apenas llegaras a aquella ciudad,  pero por razones que conoces no tuve tiempo para hacerlo.


Ahora tal vez creas que es inoportuno. 
Elijo pensar que no.

Desde antes de aceptar el reto de estar contigo supe que esta relación iba a exigir lo mejor de mí, tal vez dudé (dados mis temores) pero me arriesgué, lo hice porque después de todo eras lo que siempre había buscado: alguien que explotara todas mis posibilidades, pero ese no es el punto; no quiero hablar de mí, quiero que hablemos de ti, de ti y de la admiración que en mi despiertas. Si, te admiro como un niño admira a un padre y que lo hace pensar que cuando sea grande quiere ser como él, admiro tu tenacidad, admiro la fuerza con que amas lo que te apasiona; admiro la facilidad con que improvisas; admiro la tranquilidad con la que planeas; admiro la capacidad de observación que posees.

Te admiro y a veces también te adveo.

Admiro igualmente la rapidez con que pasas de ser el niño que juega con su capa y hace mil caras a ser el hombre que se enfrenta a la vida y es capaz de transformar una idea en una realidad. En fin, te admiro de muchas maneras, algunas no las puedo mencionar porque no tengo palabras para eso.
Esta mañana, entre el stress post-traumático que me dejó la sustentación y la ausencia de sueño me preguntaba cómo estaban las cosas por aquella ciudad, te imaginaba allá, recreé en mi mente el lugar donde te encontrabas, la ropa que usabas y las cosas sobre las que hablabas y era como si fuera yo quien estuviera allá. Hasta me pregunté cómo era la profesora Lucy (o Luccy?)y que impresión te había causado ella.
Me imaginé toda la escena y me sentí orgullosa de una manera hermosa y me sentí rara también, rara como un niño cuando compara su mano con la de su padre y se da cuenta que le falta tanto camino por recorrer... "Yo acá sentada en la mesa de una cafetería preocupada por una nota de una sustentación y él por allá sacando adelante una idea de negocios brillante"... fue lo último que pensé.

Me alegra profundamente que las cosas te estén saliendo como esperabas y que tus esfuerzos se estén viendo recompensados y consejos para darte no tengo porque no tengo nada en mi historial, sólo debo decirte lo que haría yo en tu lugar: disfrutar de esa experiencia y sacarle el mayor provecho posible, y en últimas ser lo que soy. Porque si estás allá es por ser lo que eres, un soñador con los pies en la tierra.

Para terminar, me gustaría decir que me siento feliz de formar parte de tu vida, me siento feliz de ser apoyo, me gustaría también llegar a ser inspiración, no digo "tu inspiración" porque no pretendo ser la única.


Ánimos! Fuerzas! Ganas! Éxitos! Besos!

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