Una nube negra cubrió el antes despejado cielo.
Por un instante ya no era dueña de sus pensamientos sino justamente lo contrario, entonces a sí misma se decía palabras que la hiciesen alejar del abismo al que se disponía, casi fatídicamente, a caer;
Cayeron sobre el césped las primeras gotas y el olor a tierra mojada inundó toda la casa, fue en ese momento, y no en ningún otro, cuando salieron palabras de su boca de manera sólo comparable con un volcán en erupción, el torrente de pensamientos fluía y fluía cada vez con mayor furia.
De repente, como por arte de magia, el sonido de afuera cesó y en la casa todo fue calma; ahora sonaba una música dulce, disfrutaba encantadora melodía sin saber de donde provenía.
Fue cuando los recuerdos comenzaron a llegar uno por uno y en orden alfabético, invitados de honor a la comida de las seis, una sencilla y cálida sonrisa se dibujó en su rostro y otra vez era ella:
La que le disfruta pasar tiempo libre a solas y soñar con los ojos abiertos; la que no le teme a la muerte, la que no desea controlar ni poseer nada.
Y todo te lo debía a ti y a tu mirada única, a ti y a tus consientes locuras, a ti y a tus sueños incomprendidos, incomprendidos hasta hoy.
Ella te necesitaba en su vida y ahora está feliz por ser parte de la tuya, ahora duerme.
Siempre se preguntaba dónde estabas, si habías comido bien, si habías tenido un buen día y antes de irse a dormir le pedía a Dios que guardara tus sueños y tu corazón, y que fueras capaz de distinguirla entre tanta gente.
Hoy las plegarías han sido escuchadas y ya no hay más peticiones que hacer, sólo dar gracias y vivir este momento, sentir este instante, vivirlo como lo que es: el único que tenemos para enmendar errores, para decir te extraño, para hacer realidad un sueño y para mirar a los ojos.
Tal vez no lo has notado, dejé de ser el narrador omnisciente e impersonal y ahora paso a ser la mujer de la mirada que no juzga, que no pregunta, que no busca una justificación, la que se apasiona con la luna, la que se ríe de tus chistes, la que te comprende, la que es tan atrevida como para escribirte algo sin importarle lo pésima que es en ello.
Ya era de madrugada y aún no cesaba la música... el pasillo estaba inundado de ella, se paro de la cama sin vacilar y abrió la puerta de la habitación camino hasta la sala y se fijo rápidamente en la ventana, miro por ella y vio lo que sucedía en su jardín, fue cuando comprendió: su corazón cantaba de felicidad.
Por un instante ya no era dueña de sus pensamientos sino justamente lo contrario, entonces a sí misma se decía palabras que la hiciesen alejar del abismo al que se disponía, casi fatídicamente, a caer;
Cayeron sobre el césped las primeras gotas y el olor a tierra mojada inundó toda la casa, fue en ese momento, y no en ningún otro, cuando salieron palabras de su boca de manera sólo comparable con un volcán en erupción, el torrente de pensamientos fluía y fluía cada vez con mayor furia.
De repente, como por arte de magia, el sonido de afuera cesó y en la casa todo fue calma; ahora sonaba una música dulce, disfrutaba encantadora melodía sin saber de donde provenía.
Fue cuando los recuerdos comenzaron a llegar uno por uno y en orden alfabético, invitados de honor a la comida de las seis, una sencilla y cálida sonrisa se dibujó en su rostro y otra vez era ella:
La que le disfruta pasar tiempo libre a solas y soñar con los ojos abiertos; la que no le teme a la muerte, la que no desea controlar ni poseer nada.
Y todo te lo debía a ti y a tu mirada única, a ti y a tus consientes locuras, a ti y a tus sueños incomprendidos, incomprendidos hasta hoy.
Ella te necesitaba en su vida y ahora está feliz por ser parte de la tuya, ahora duerme.
Siempre se preguntaba dónde estabas, si habías comido bien, si habías tenido un buen día y antes de irse a dormir le pedía a Dios que guardara tus sueños y tu corazón, y que fueras capaz de distinguirla entre tanta gente.
Hoy las plegarías han sido escuchadas y ya no hay más peticiones que hacer, sólo dar gracias y vivir este momento, sentir este instante, vivirlo como lo que es: el único que tenemos para enmendar errores, para decir te extraño, para hacer realidad un sueño y para mirar a los ojos.
Tal vez no lo has notado, dejé de ser el narrador omnisciente e impersonal y ahora paso a ser la mujer de la mirada que no juzga, que no pregunta, que no busca una justificación, la que se apasiona con la luna, la que se ríe de tus chistes, la que te comprende, la que es tan atrevida como para escribirte algo sin importarle lo pésima que es en ello.
Ya era de madrugada y aún no cesaba la música... el pasillo estaba inundado de ella, se paro de la cama sin vacilar y abrió la puerta de la habitación camino hasta la sala y se fijo rápidamente en la ventana, miro por ella y vio lo que sucedía en su jardín, fue cuando comprendió: su corazón cantaba de felicidad.
Tampoco se te da mal la escritura. Jejej felicidades.
ResponderEliminarhttp://www.moonconnection.com/current_moon_phase.phtml
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Mil gracias!!! me encanta ese gadget!!
ResponderEliminar:)