25 de julio de 2011

Bocadillo amargo: Cuando uno se acostumbra

Acostumbrarse es más frecuente de lo que pude imaginar alguna vez, a este nivel creo que es hasta inevitable. Te tomas tanto tiempo conociendo a alguien y mostrandole las "bondades de estar contigo" y al final terminas no causando ningún efecto, parece que el hecho de llegar a conocer profundamente a alguien o que alguien llegue a conocerte profundamente es sinónimo de disminución del interés, cualquier idea vaga de otra persona resulta más fascinante que una tuya.

Después de todo creo que no es tan bueno ser "la madre de los hijos" de con quien estás, tal vez sea mejor ser la que siempre está vestida de princesa*, la que nunca llegas a conocer bien y por eso siempre te va a llamar la atención y por eso siempre vas a procurar tratarla como si se mereciera el mundo sólo por decir que si se le apareciera el genio de Aladino desearía la paz mundial. Tal vez sea mejor ser la que siempre está en una situación sentimental complicada y pasar por la vida siendo la felizmente soltera que se jacta de no necesitar nada de los hombres y nada es nada.

Es muy cruel, pero cierto... por lo menos en este momento

*Haciendo alusión a la canción de los Pimpinela

3 comentarios:

  1. a cual cancion de pimpinela?

    ResponderEliminar
  2. Es cierto, una vez que conoces a una persona profundamente, terminas perdiendo el interés. Aunque también puede pasar lo contrario y querer seguir escudriñando para ver que más encuentras - claro que esto solo pasa con pocas, muy pocas personas.

    ResponderEliminar
  3. Querido Xhabyra, "A Esa" es la canción

    ResponderEliminar

El pueblo se pronuncia...